Integración es un término mencionado constantemente en el mundo de las estrategias empresariales. Vertical y horizontal, son los dos ámbitos que la teoría administrativa estipula para este concepto. La integración vertical se refiere a la expansión de la gama de actividades de la empresa hacia sus fuentes de abastecimiento o en dirección a los usuarios finales, mientras que la horizontal trata de adquirir el dominio o un mayor control de los competidores. El presente artículo se va a centrar en los beneficios y desventajas de aplicar una estrategia de integración vertical, además de destacar aspectos muchas veces dejados de lado por el desarrollo administrativo.
En el caso de la integración vertical, esta puede ser hacia adelante o hacia atrás. La primera implica aumentar el control sobre los distribuidores, mientras que la integración hacia atrás permite aumentar el control sobre los proveedores. Las estrategias de integración vertical están enfocadas en aumentar la competitividad de una empresa en una industria.
La integración hacia atrás
La integración hacia atrás puede ser conveniente, cuando los proveedores de una materia prima crucial no son confiables. Asimismo, puede servir para hacerse de insumos que permitan extender una gama de productos. El año pasado, Sandoz -la unidad de medicamentos genéricos del laboratorio suizo Novartis, con sede en Austria- realizó la compra de Amifarma, empresa especializada en la producción de antibióticos y que en los últimos años fue su proveedor. Con esta compra, la empresa adquiere tecnología que le permitirá expandir sus productos y servicios en el mercado mundial de antibióticos.
La integración hacia atrás puede generar grandes ventajas en costos cuando los proveedores presentan un importante margen de ganancia, cuando el insumo que produce la empresa adquirida es un componente relevante de la estructura de costos de la compradora y cuando se cuenta con la tecnología necesaria para llevar a cabo una producción más eficiente que la realizada por los proveedores. El año pasado, Barnes & Noble, una de las mayores cadenas de venta de libros en Estados Unidos, compró la casa editora Sterling Publishing, con lo cual no solo se encargaría de la venta de libros sino también de la edición y comercialización de sus propias publicaciones, a través de sus 877 tiendas.
La integración hacia adelante
En la integración hacia adelante una empresa puede establecer su propia red de distribución. Las empresas pueden utilizar la integración hacia adelante con el fin de diferenciarse de sus rivales. Se puede ofrecer soporte técnico, garantías, entre otros. Asimismo, se adquiere un mayor conocimiento del comportamiento de los consumidores. Debido a esta nueva cercanía al cliente, la integración hacia adelante puede generar una relación duradera con él. En el caso de la integración de la publicación y la venta de libros, la segunda brinda una mirada directa al gusto de los consumidores. Esto puede permitir pasar de una producción en masa a una basada en las necesidades de los clientes. Así, por ejemplo, en agosto de 2000, Courier Corp -empresa encargada de la impresión de libros- adquirió Dover Publications, organización especializada en su distribución y publicación. La compañía tuvo un margen de ganancia operativo de 9% en el año 2003, comparado con el 6% de los dos años anteriores a la adquisición.
Beneficios de la integración vertical
Mientras los beneficios de la integración vertical sean mayores a los costos de implementar esta estrategia, la integración vertical puede resultar una estrategia atractiva. Sin embargo, hay beneficios para las organizaciones que pueden implicar un costo social.
Las empresas pueden integrarse para evitar controles de precios, impuestos y regulación por parte del Gobierno. Debido a que las transacciones al interior de una empresa están inafectas por controles de precios, esta puede adquirir un proveedor y producir un insumo por sí misma, evadiendo cualquier tipo de restricción existente. Ello sucedió en Estados Unidos, en donde se estableció un tope máximo al precio del acero, luego de la segunda guerra mundial. Para evitar la escasez de oferta de acero -debido a su bajo precio, no era atractiva su comercialización- las empresas estadounidenses que lo utilizaban como insumo, optaron por la compra de las productoras de acero.
Asimismo, los impuestos pueden incentivar la integración vertical. La magnitud de los impuestos puede variar según la ubicación de las unidades de negocio, ya sea que se localicen en un distrito, provincia o estado. Una empresa verticalmente integrada puede cambiar los beneficios entre dichas unidades de negocio, reduciendo los beneficios en una unidad que se encuentre en una jurisdicción de altos impuestos y aumentándolos en aquella donde cobren bajos impuestos.
Algunos aspectos negativos
Son claras las bondades de la integración vertical; sin embargo, también puede tener efectos negativos en las empresas. Así, pueden aumentar ante una empresa cada vez más grande, los costos de monitoreo y, por otro lado, los costos legales de implementar una fusión pueden ser elevados. Una de las críticas es el mayor riesgo que adquiere la empresa, especialmente en ambientes turbulentos, con rápidos cambios tecnológicos y demanda incierta. Así, la integración vertical puede representar un compromiso prematuro que puede resultar costoso, especialmente si existen barreras de entrada muy altas. Asimismo, distintas circunstancias económicas y tecnológicas prevalecen en las diferentes etapas de la cadena productiva de la industria, lo que requiere distinto manejo gerencial y cultural.
La estrategia contraria a la integración es la desintegración o downsizing, y refleja la tendencia a la subcontratación de tareas intensivas en mano de obra. Este fue el caso de las empresas españolas Radiotrónica (una importante instaladora de redes de telecomunicación) y Sintel (dedicada a la instalación y mantenimiento de líneas y aparatos telefónicos) que, en el año 1997, despidieron alrededor de un 60% de sus trabajadores. El traslado de actividades hacia pequeñas empresas subsidiarias tiene como finalidad constituir una red de pequeñas organizaciones interdependientes, que flexibilicen la producción. Se persigue la reducción de costos laborales, el ahorro de costos fijos en infraestructura, de espacios en locales y mantenimiento, energía, vigilantes; y la presencia de sindicatos o representantes de los trabajadores, que resulta inevitable en la gran empresa.
Tyco, la gigante manufacturera norteamericana (su mayor división -Fire and Security- genera ingresos mayores a los 2,1 miles de millones de dólares), cuya producción abarca desde componentes eléctricos y productos médicos hasta plásticos y adhesivos; se encuentra actualmente en un proceso de reestructuración, por el cual despedirá a 7.200 trabajadores y cerrará 50 negocios. Esta reestructuración generará ganancias del orden de los 400 millones de dólares en el presente año y 230 millones en el año 2005 .
A manera de conclusión
Estos son parte de los beneficios y costos que tienen en cuenta las empresas al momento de integrarse. No obstante, en la literatura se suele obviar usos indebidos de la integración vertical: pueden estar destinadas a obtener un poder de mercado y no a ser más eficientes. Si la empresa llega a tener características monopólicas, podría implicar una pérdida de eficiencia social. Asimismo, la integración puede estar motivada exclusivamente por la evasión de impuestos y los controles que los gobiernos establecen sobre ciertas industrias.
En el sentido estratégico, la integración vertical hacia adelante o atrás puede fortalecer la posición de una firma, mediante la reducción de costos o la diferenciación de productos. Más allá de definiciones y disquisiciones teóricas, los gerentes de las grandes, medianas y, por qué no, de las pequeñas empresas, tienen que afinar su sentido analítico y de gestión para decidir en qué momento integrarse, hacer lo contrario o, en su defecto, mantenerse estáticos. Todo depende del entorno, de la naturaleza del negocio y de la estrategia que apunta al éxito empresarial.
Fuente:Emilio García Vega
*Licenciado en Administración por la Universidad del Pacífico. Profesor, investigador y consultor de los departamentos académicos de Administración y de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad del Pacífico.